Cuando se rastrea el concepto de buenas prácticas en RRHH suelen encontrarse definiciones que se orientan a plantear que, en la medida que RRHH “cuide” a sus colaboradores, la empresa resultará más exitosa y hasta podrá ser el factor definitorio para diferenciarse de sus competidores.
Esta sería a nuestro entender una definición representativa:
“….para lograr el éxito empresarial se hace necesario desarrollar un sistema de gestión fundamentado en las buenas prácticas de la gestión humana. Y es que la organización debe “hacerlo bien haciendo el bien” sostenidamente, desde el primer paso del proceso de la gestión humana hasta el último, si desea atraer y retener personas adecuadas para cada puesto de trabajo que coadyuven con el cumplimiento de la estrategia empresarial…”
Sin embargo, en Psicotecnicos-Net, la experiencia en el trato con gran diversidad de clientes, nos lleva a pensar que una buena práctica de RRHH no solo debiera estar ligada el éxito o la rentabilidad empresarial sino a cuestiones que hacen a la ética. E incluso, que a veces acciones “éticas” pueden ir en contra de la rentabilidad de la empresa.
Desde esta perspectiva, como proveedores, tenemos la posibilidad de decidir cuándo vamos a acompañar a un cliente en su gestión de RRHH y cuando no. Y también, si decidimos medir nuestro “éxito” por nuestra rentabilidad y por nuestro posicionamiento frente a la competencia, o si incluimos en nuestras variables cuestiones que hacen a tener en cuenta un trato ético con las personas (desde nuestros colaboradores hasta considerar también como nuestros clientes se relacionan con sus colaboradores).
Dos casos resultan ilustrativos.
Trabajado para una empresa multinacional, de gran renombre en el mercado, nos planean que su proceso de evaluaciones de jóvenes profesionales, al que nos estaban invitando a participar, era de la siguiente manera: “apenas salen los postulantes de una actividad de Assesment les decimos quienes deben quedarse a un psicotécnico, y quienes ya pueden irse”. Esto apoyado en un discurso de “tienen que hacerse fuertes”, “esto les va a pasar en el mercado” “tenemos que agilizar nuestros procesos”
Como consultora planteamos alternativas para evitar un proceso que consideramos violento y nos embarcamos en intentar una práctica distinta. Sin embargo, la cultura arraigada en la empresa aparecía en cada recoveco, con colaboradores llorando porque no los dejaban a acompañar a sus hijitos en la adaptación al jardín y con reiteradas situaciones que volvían a llevar a la situación inicial de decirle a un postulante “vos quedaste, pero vos no”, sin recaudos….
Otra situación se nos planteó cuando nos cuestionaron que no “informamos” la homosexualidad de un postulante en un psicotécnico. Homosexualidad que se había detectado en la evaluación, así como la posibilidad del candidato de mantenerla circunscripta a un ámbito por fuera del terreno laboral.
Ambas situaciones nos llevaron a perder a los clientes. Pero nos permitieron afianzarnos en como pensamos desde Psicotécnicos-Net el concepto de Buena Práctica de RRHH.
Y a plantear un modelo de negocio posible para nuestra consultora, donde el eje no solo esté puesto en la rentabilidad y la competitividad, sino en valores éticos que nos acercan a lo que hoy en día se está trabajando con el nombre de Empresas B.