Entendemos que al momento de que un cliente nos solicita un psicotécnico está confiando que nosotros como consultora estaremos colaborando en la construcción de su “Marca Empleadora”.
Teniendo esto en cuenta y siguiendo nuestra práctica profesional sustentada en bases éticas propias de “agentes de salud” del mundo psi, conformamos las evaluaciones con una idea directriz: que los postulantes que las atraviesen puedan salir de ellas habiéndolas vivenciado como una experiencia de enriquecimiento personal, más que como una instancia de presión por la que tuvieron que atravesar inevitablemente consecuencia de su búsqueda de trabajo.
Es así que los invitamos en las evaluaciones a la introspección, a la reflexión, de sus principales fortalezas, debilidades, de sus intereses, etc.
Del mismo modo, cuando los procesos de los clientes nos plantean la posibilidad de dar los resultados de la evaluación a los postulantes (las llamadas devoluciones), apuntamos a trabajar cuestiones que hacen a su empleabilidad en el mercado actual y a la clarificación de las áreas sobre las que aún deben trabajar y las alternativas de cómo hacerlo.
Todo ello es posible que acontezca en el mismo proceso en que estamos evaluando si un postulante se adecua o no a un determinado puesto y cultura organizacional.
Metodológicamente en la consultora implementamos periódicamente encuestas de satisfacción anónimas al finalizar la evaluación que nos nutren de las opiniones de los postulantes evaluados y nos permiten no perder el foco en este sentido. Un sentido, que hace al pensar a nuestros clientes como aliados y nos lleva a mejorar nuestras prácticas considerando en ello tanto la Marca Empleadora de nuestros clientes, como la nuestra como consultora de RRHH, especializada en evaluaciones psicológicas para el ámbito de las organizaciones empresariales.
