Si bien el alcance de la Inteligencia Artificial todavía no resulta claro y, posiblemente sea un proceso dinámico de sucesivos estadios de desarrollo en el que se busque cada vez más perfeccionar sus posibilidades, entendemos que la complejidad de la personalidad humana difícilmente pueda ser alcanzada por la IA al punto de remplazar el entendimiento que puede alcanzar un profesional psicólogo.
Consideramos que esto es así porque la IA por ahora tiene su alcance en el plano de la literalidad, de lo que la persona puede decir de sí misma. Intenta a partir de ello sacar conclusiones de sus particularidades y posibles comportamientos.
La IA no tiene capacidad de interpretación metafórica, como para entender el entramado de la personalidad. Y en el terreno de la evaluación de la personalidad se necesita tener alcance a un plano más profundo y muchas veces desconocido para las mismas personas acerca de sí .
Ese plano sorpresivo, que irrumpe en ocasiones a través de acciones, adiciones, inclinaciones, que el sujeto no logra controlar o tener bajo su dominio. Hablamos de un plano estructural de la personalidad, inconsciente, pero con impacto en el día a día en sus comportamientos.
Si bien quienes trabajan en IA están a la búsqueda de caminos que puedan conducir a una rápida comprensión las complejidades de las personalidades, queda mucho por recorrer aun.
Mientas, no podemos dejar de destacar que, en relación a la Inteligencia Artificial y sus posibilidades, hoy nos encontramos transitando en una paradoja en temas de RRHH: “𝗹𝗮 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗹𝗶𝗴𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗮𝗿𝘁𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗮𝗹 𝗲𝘀 𝗺𝗮́𝘀 𝘃𝗮𝗹𝗼𝗿𝗮𝗱𝗮 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗺𝗲𝗻𝗼𝘀 𝗮𝗿𝘁𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗮𝗹 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗲”.