Evaluar la modalidad de pensamiento del postulante nos permite considerar que puestos y responsabilidades está capacitado para asumir y cuales exceden sus posibilidades.
Quienes ocupan cargos estratégicos suelen contar con una modalidad de pensamiento sintética-analítica. Suelen ser capaces de considerar simultáneamente distintos tipos de variables y organizarlas en categorías abarcativas, arribando a un cuadro general de situación. El impacto de esto al momento del trabajo es que son capaces de elaborar estrategias para la solución de problemas, de planificar tanto a corto como a largo plazo, de coordinar actividades entre diferentes sectores o equipos de una empresa, organizando prioridades y administrando recursos en función de los objetivos a cumplir. Implica la complementación de aptitudes teóricas y prácticas, abstracción pero también pragmatismo.
Pero no todos los candidatos acceden a este tipo de enfoque o modalidad de pensamiento. Hay personas con buenos recursos, capaces de realizar análisis minuciosos, exhaustivos y precisos de la información que reciben, pero presentan cierta dificultad para integrar los datos en una síntesis general que les permita adoptar una perspectiva global o totalizadora de la información con la que tratan. De pensamiento analítico, se trata de quienes se desempeñarán adecuadamente en puestos que requieran de la minuciosidad, el detalle y análisis. Así, podrán ocupar puestos de analistas de impuestos, ser auditores, trabajar en un área de calidad, ser analistas de RRHH, y una infinidad de puestos. Su crecimiento dentro de una organización estará algo acotado sino logran acceder a la capacidad de sintetizar la información con la que trabajan y elaborar conclusiones integradoras.
Nos podemos encontrar también con quienes son proclives a adoptar una mirada general sobre los hechos o información que abordan, pero tienden a conducirse de manera intuitiva al momento de dar cuenta de los elementos parciales componentes (tipo de pensamiento sintético). Si bien pueden llegar a una síntesis general, lo hacen de manera intuitiva. Si la intuición con la que manejan cuenta de una buena dosis de criterio, estamos en presencia de esas personalidades agiles a nivel mental que rápidamente pueden hacerse una idea acabada de lo que acontece a su alrededor. Dado que es habitual encontrar colaboradores que ocupan puestos gerenciales con esta característica, es de esperar que sepan rodearse de un equipo que se detenga a analizar sus conclusiones, es decir que deleguen esta función. También podemos encontrarnos dentro de esta modalidad de pensamiento a los vendedores, que nos son minuciosos ni analíticos, pero tienen una agilidad mental que les permite rápidamente detectar como moverse con cada cliente en particular
Otro será el caso de quien saca prontamente una conclusión pero sin posibilidades de sustentarla con criterio. Si bien la modalidad de pensamiento parece ser la misma (sintética), los recursos disponibles son menores. En estos casos es conveniente ubicar a estos postulantes en puestos en los que no quede librado a la toma de decisiones y/o evitar delegarles el análisis de alguna cuestión de relevancia. Se trata de quienes se manejan intuitivamente, pero el criterio que utilizan no está apalancado en la posibilidad de sacar conclusiones confiables y realistas. Es posible que requieran supervisión allí donde trabajen.
Por otro lado están quienes disponen de una modalidad de pensamiento práctica-concreta, que les resultará efectiva para moverse el plano de la acción, en forma pragmática. Se desempeñaran eficazmente en tareas operativas, con lineamientos claros a seguir. Es el caso habitualmente de especialistas técnicos y operarios.
La combinación de técnicas psicométricas y proyectivas nos permiten evaluar la modalidad de pensamiento predominante del postulante.
Los distintos puestos requieren distintos modalidades de pensamiento.
Nuestro trabajo como especialistas del ámbito de la evaluaciones para las organizaciones empresariales será considerar si la “modalidad de pensamiento” del postulante está alineada a los requerimientos del puesto al cual se postula.