El concepto de potencial tiene su historia, fue variando a lo largo del paso del tiempo y lo seguirá haciendo.
El potencial fue pensado ligado al coeficiente de inteligencia, pero el concepto de inteligencia emocional vino a cuestionar esta forma de entenderlo. También conceptos como, la capacidad de planeamiento, el compromiso, las aspiración, etc….
Hoy en día las organizaciones trabajan bajos distintas definiciones de potencial.
Quienes están más subidos a la era digital, se muestran más flexibles a delimitar una y otra vez la definición de potencial, aceptando que hay un dinamismo en el mercado que exige trabajar de este modo, sin definiciones demasiado precisas ni estancas.
No obstante, dentro de estas organizaciones hay conceptos que bordean siempre a quienes son considerados de Alto potencial. Entre ellos quienes se destacan por, la innovación, la rapidez mental o agilidad, la disposición a “dar la milla extra”, a pensar “fuera de la caja”, la orientación a resultados, la capacidad de resiliencia…
Consideramos que es el mercado actual, con la vertiginosidad en la que se dan los cambios, marcado por el manejo de la big data, la expansión de la inteligencia artificial, y las consecuentes redefiniciones de los puestos de trabajo, lleva a la necesidad de volver a definir conceptos y a la vez ha aprehender a trabajar con mucha mayor imprecisión en sus definiciones.
Hoy se trabaja sabiendo que mañana los conceptos van a quedar obsoletos y que lo constante en el cambio.