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¿Cómo evaluar tolerancia a la diversidad?

Es frecuente que hoy las empresas nos soliciten que evaluemos tolerancia a la diversidad. O bien, que los ayudemos a pensar cómo pueden ellos detectarla en las entrevistas de selección.

Estamos en tiempos donde la inclusión es un valor relevante, donde cada vez es más frecuente la mirada respecto de  cómo están conformadas las organizaciones empresariales; tiempos en que el concepto de diversidad va de la mano de ideas acerca de tolerancia y de enriquecimiento producto de la heterogeneidad.

Nos encontramos con mayor inclusión de mujeres en el mercado, disminución de los prejuicios frente a las diferencias de género y mayor tolerancia a las nuevas ideas respecto a la identidad sexual. El concepto de responsabilidad social empresaria apoya estos procesos de cambios, llamándonos también a incluir postulantes con algún tipo de disminución funcional, o a quienes por distintas razones eran históricamente marginados del mercado.

Todo esto fue generando nuevas culturas en las organizaciones. Y estas, nuevas culturas son las que nos requieren evaluar tolerancia a la diversidad.

Para poder hacerlo, se hace necesario revisar el concepto y las herramientas con que contamos.

El término diversidad, se refiere a la diferencia, a la variedad, a la desemejanza, a la disparidad o a la multiplicidad. A la convivencia y la interacción de diferentes culturas, considerando la variación de estas con el objetivo de unir y enriquecer, no de diferenciar.

Siguiendo esta línea de pensamiento, quien tolere la diversidad debiera ser alguien flexible y empático, capaz de valorar las diferencias como posibilidades de enriquecimiento.

Alguien que tolere la diversidad difícilmente sea compatible con una personalidad egocéntrica o soberbia. Por lo cual indagar la estructura de personalidad y la modalidad de relacionarse interpersonalmente, parece ser una vía de acceso para poder evaluar la tolerancia a la diversidad.

Hasta aquí evaluar estas características mencionadas no pareciera algo de mayor complejidad, contando para ello con numerosas técnicas.

De todas formas, no podemos ser concluyentes. Si encontramos un postulante flexible, empático, desenvuelto en el plano de las relaciones interpersonales, de personalidad alocéntrica, no nos permite concluir que va a tolerar la diversidad cultural. El contexto, cuestiones ideológicas, sociológicas, impactan en los prejuicios y valores que cada uno lleva consigo.

La entrevista es sin duda una herramienta rica para indagar experiencias, prejuicios y ciertas cuestiones ideológicas. Pero cuando estamos en el terreno de la tolerancia a la diversidad, las preguntas no son fáciles de formular y la sutiliza con que deben realizarse acotan nuestras posibilidades.

Creemos que en este camino tenemos que movernos, buscando indagar pero reconociendo limitaciones y tolerando que no es posible arribar a certezas.

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